La escuela juega un papel fundamental en el proceso de adquisición de una verdadera lectura; una lectura con sentido social, incluyente en todos los ámbitos en los que se pueda estudiar o investigar. Es por ello que la escuela debe ser la principal transmisora o generadora de alumnos lectores.
El propósito de una escuela incluyente en la lectura es formar estudiantes lectores y escritores que puedan interactuar con otras personas, que puedan crear espacios donde el aprendizaje sea significativo. La lectura y su aprendizaje son un tema de interés social permanente y no circunscrito exclusivamente a los ámbitos escolares.
Sin duda para los maestros ha sido un intercambio de experiencias que han generado nuevos interrogantes y nuevas formas de incentivar la lectura en las aulas de clase con estrategias innovadoras que buscan estimular la comprensión lectora, la explicación de conocimientos pertinentes y la creación de un aprendizaje como medio de ampliar las posibilidades de comunicación.
Otro de los propósitos de la escuela en la lectura es el reto de enseñar a entender un texto, reto que ha permitido a los maestros experimentar y articular nuevas prácticas para conseguirlo
Teresa Colomer
Enseñar a usar la biblioteca como camino esencial para el acceso al conocimiento y a la lectura de ficción. Colomer (1997), es uno de los grandes retos de la escuela, entendiendo que la biblioteca es un lugar que facilita la adquisición del hábito de la lectura y el uso o acercamiento de la información en los estudiantes.
Lograr establecer una directa e íntima relación entre el lector, el texto y el contexto ofrece a los estudiantes practicas lectoras en las que se sienten seguros. (Irwin,1986). Lograr entender y aplicar la interrelación entre estos tres factores influye de manera positiva en las actividades escolares que se planean, se programan y ejecutan en el aula de clase.
El proceso de lectura comienza en casa, desde temprana edad los infantes leen su entorno, su contexto; es un proceso que empieza antes de la escolarización y cuando llegan a la escuela se busca la adquisición de competencias lectoras que puedan ser utilizadas en la sociedad. Lograr entender que la lectura es un proceso que se potencia en la escuela, pero la familia no puede delegar esta función únicamente a este ámbito.
La exploración de conocimientos, la creación de expectativas que motiven a los alumnos, la estimulación de conocimientos previos, la utilización de técnicas orales que susciten intriga, la exploración de palabras claves y la formulación de hipótesis son algunas de las maneras de como la escuela y el maestro puede incentivar a una lectura plena, que potencie la imaginación, las habilidades y competencias sociales y lingüísticas de los estudiantes.
Sandra Milena Sandoval, Docente de Lenguaje